La génesis del proyecto surge para dar cabida y potenciar una serie de espacios en el emblemático Central Park de Nueva York. En estos espacios se podrán realizar diferentes actividades que serán variantes en función de la época del año. Tres serán los elementos naturales que se integran en el proyecto: Tierra, Aire y Agua.

El ámbito de actuación se focaliza en los dos extremos del parque dado su gran extensión. Intentando aunar los elementos antes mencionados, se propone una intervención respetuosa con el medio para potenciar y vincular los espacios libres de árboles con el lago más próximo a él.

La idea de proyecto termina formalizándose por medio de una  arquitectura orgánica cuyo principal objetivo es permitir una analogía con la naturaleza y una transición entre las zonas de mayor masa arbórea y los espacios descubiertos.

Mediante unos pabellones, que tanto en planta con en alzado se adaptan al perfil de la vegetación además de potenciar la flora gracias a la mímesis que genera el material metálico de los pabellones, enfatizan y generan distintas zonas (elemento tierra) en las que poder desarrollar actividades relacionadas con el arte, la gastronomía, la moda, el relax…

Los pabellones están formados por una estructura metálica paramétrica compuesta de una cubierta o lámina ondulada apoyada en unos pilares tubulares que se anclan al terreno.

La intervención en Central Park general la creación de una serie de pabellones que albergarán diferente actividades durante todo el año. El respeto y adecuación al medio natural en el que nos encontramos serán las premisas fundamentales de su diseño y posterior ejecución, desde su génesis hasta su formalización material. Una intervención con una escala humana que se focaliza en los extremos del parque para abarcar dos puntos estratégicos dado su gran extensión y que es idéntica en ambos aunque por su puesto su composición se diferencia ya que en cada extremo del parque nos encontramos una morfología a la que la intervención debe dar respuesta de forma personalizada.